Trauma y Abuso Infantil
Abordaje psicoanalítico (para adultos, adolescentes y niños)
En Psipre trabajamos con personas que han vivido violencia, abuso sexual, físico, emocional o negligencia en la infancia, así como con niños y adolescentes que hoy enfrentan situaciones traumáticas. Desde una orientación psicoanalítica, entendemos el trauma como un exceso de estímulo/emoción que el psiquismo no pudo elaborar en su momento y que, para sobrevivir, organizó defensas como disociación, negación, anestesia afectiva, repetición, identificación con el agresor o somatizaciones.
Nuestro objetivo es recuperar seguridad psíquica y corporal, poner palabras a lo innombrado, elaborar lo vivido y transformar la repetición del daño en posibilidades de cuidado, límites y deseo propio. En niños y adolescentes, trabajamos mediante juego y dibujo (terapia de juego psicoanalítica) y orientación a madres/padres/cuidadores. En adultos, abordamos la historia infantil y sus ecos actuales en vínculos, sexualidad, trabajo y autoimagen. Cuando se requiere, coordinamos intervención en equipo (psiquiatría, pediatría/medicina, escuelas y, si aplica, canales de protección y denuncia conforme al marco vigente). La seguridad es prioritaria.
Si tú o tu hijo/hija están atravesando algo así, no tienen que cargarlo solos. Podemos pensar juntos cómo proteger, dar palabras, poner límites y reparar, para que la vida no quede definida por el daño sino por la posibilidad de vivir y vincularse con confianza.
Preguntas Frecuentes
¿Cómo definen “trauma” y “abuso infantil”?
Trauma: un acontecimiento o ambiente emocionalmente abrumador que desborda los recursos del yo.
Abuso infantil: actos u omisiones (sexuales, físicos, emocionales o negligencia) que dañan el desarrollo. Sus efectos pueden aparecer de inmediato o años después (ansiedad, depresión, culpa, vergüenza, dificultades relacionales, disociación, somatizaciones).
¿Cómo sé si lo que viví califica como abuso si tengo dudas o lagunas de memoria?
Las dudas son frecuentes: la memoria traumática puede fragmentarse. Trabajamos con lo que sí aparece (síntomas, sueños, sensaciones corporales, escenas sueltas) sin forzar recuerdos. El proceso apunta a dar sentido y seguridad, no a imponer narrativas.
¿Qué señales ver en niños y adolescentes?
Cambios bruscos en ánimo o conducta, regresiones (enuresis, succión), terrores nocturnos, hipervigilancia, conductas sexualizadas no acordes a la edad, aislamiento, autolesiones, bajo rendimiento escolar, irritabilidad, quejas somáticas, miedo a ciertas personas/lugares.
¿Cómo es el tratamiento psicoanalítico en estos casos?
Primero aseguramos el encuadre y la seguridad. Luego, a través de la relación terapéutica (transferencia) y herramientas como juego, dibujo, narrativa, sueños y asociación, ayudamos a tramitar afectos (miedo, vergüenza, rabia), diferenciar responsabilidades (la culpa no es del niño/niña) y reconstruir un sentido de sí con recursos y límites.
¿Trabajan con madres, padres y cuidadores?
Sí. Su participación es clave: psicoeducación sobre trauma, acompañamiento para sostener rutinas, límites protectores, manejo de culpa/enojo y cómo responder a preguntas sin revictimizar. Cuando hay conflicto familiar, ayudamos a ordenar roles y acuerdos.
¿Y con adultos sobrevivientes de abuso infantil?
Abordamos repeticiones (elecciones de pareja dañinas, autoexigencia punitiva), dificultades con intimidad/sexualidad, desconfianza, anestesia emocional, ataques de pánico, consumo, y vergüenza. Se trabaja a un ritmo cuidadoso, fortaleciendo la capacidad de mentalizar y de ponerse del propio lado.
¿Qué pasa si actualmente hay riesgo?
La seguridad es lo primero. Evaluamos riesgo y activamos, de ser necesario, canales de protección y redes de soporte. La confidencialidad tiene límites cuando existe riesgo para la integridad de un menor; te explicamos con claridad los pasos y te acompañamos.
¿Usan pruebas psicológicas?
Podemos usar instrumentos clínicos (entrevistas, escalas de apoyo, técnicas proyectivas) para orientar la intervención y monitorear avances. No reemplazan la comprensión clínica profunda del proceso.
¿Cuánto dura el tratamiento?
Depende de la historia, la edad y el contexto actual. Procesos breves ayudan a contener la crisis; trabajos de mediano/largo plazo permiten elaborar el trauma y consolidar cambios en vínculos, cuerpo y autoestima. Tras la evaluación, proponemos una indicación personalizada.
¿Se coordina con escuelas, pediatría o psiquiatría?
Sí, cuando es clínicamente indicado y con los consentimientos correspondientes. Elaboramos planes de cuidado y ajustes escolares; coordinamos con medicina/psiquiatría si hay insomnio severo, depresión, ideación suicida, TEP, etc.
¿Se puede “revictimizar” al hablar del tema?
Revictimiza más el silencio sin sostén. En terapia, el relato se trabaja dentro de un vínculo seguro, a un ritmo tolerable, cuidando el cuerpo, las emociones y el sentido. Nombrar con cuidado restaura control y dignidad.
¿Atienden en formato presencial y en línea? ¿Hacen informes?
Sí, trabajamos presencial y online. Podemos emitir constancias e informes clínicos cuando es pertinente y con autorización, priorizando confidencialidad y el mejor interés del menor.







