Problemáticas en Atención y Conducta (niños y adolescentes)

Sobre los Servicios para Dificultades de Atención y Conducta
(enfoque psicoanalítico para niños y adolescentes)

En Psipre atendemos a niñas, niños y adolescentes que presentan inatención, hiperactividad, impulsividad, oposicionismo, estallidos emocionales, irritabilidad, mentiras, bajo rendimiento y conflictos con pares, familia o escuela. Desde un enfoque psicoanalítico, no sólo buscamos reducir conductas problema; exploramos su sentido en la historia del niño/adolescente, su mundo interno, sus vínculos y el contexto escolar-familiar. Diseñamos planes personalizados que integran psicoterapia psicoanalítica (juego/terapia de hablada según edad), trabajo con madres/padres/cuidadores, coordinación escolar y, cuando se indica, interconsulta con psiquiatría infantil. Nuestro objetivo es favorecer autorregulación, capacidad de simbolizar, vínculos más seguros y un desarrollo emocional y académico más saludable.

Preguntas frecuentes

¿Cuáles son los signos que pueden alertar sobre dificultades de atención y conducta?
  • Dificultad para concentrarse, terminar tareas, olvidar instrucciones/materiales.

  • Hiperactividad, impulsividad, moverse en exceso, interrumpir, “actuar sin pensar”.

  • Oposicionismo, berrinches frecuentes, desafiar límites, agresiones o autoagresiones.

  • Irritabilidad, cambios bruscos de ánimo, baja tolerancia a la frustración.

  • Problemas con pares, aislamiento o conflictos recurrentes; bajo rendimiento escolar.
    En el enfoque psicoanalítico observamos cómo aparecen (escenas, momentos, relaciones), qué intentan resolver y qué emociones las sostienen.

¿Cómo diferenciamos TDAH, oposicionismo u otras condiciones de un malestar emocional?

Hacemos una evaluación clínica integral: entrevistas con cuidadores, sesión(es) con el niño/a o adolescente, coordinación con escuela, revisión de antecedentes médicos y del desarrollo, y uso de instrumentos clínicos (dibujos, juego, narrativas, cuestionarios). Desde lo psicoanalítico distinguimos si la conducta es un síntoma que expresa angustias, duelos, celos, conflictos vinculares o traumas; y valoramos criterios para TDAH u otros diagnósticos cuando corresponda. Pueden coexistir.

¿En qué consiste la evaluación inicial?
  • Entrevista con cuidadores (motivo de consulta, historia del desarrollo, dinámicas familiares).

  • Sesiones diagnósticas con el niño/adolescente (juego, dibujo, conversación, pruebas clínicas cualitativas).

  • Coordinación escolar (observaciones del aula, adaptaciones posibles).

  • Devolución con hipótesis clínicas y un plan de tratamiento.

¿Qué tratamientos ofrecen?
  • Psicoterapia psicoanalítica: a través del juego (niñez) o la palabra (adolescencia) para elaborar emociones, nombrar conflictos y construir recursos internos.

  • Trabajo con madres/padres: pautas de contención y límites, lectura del síntoma, sostén emocional y consistencia educativa.

  • Coordinación escolar: estrategias de aula, ajustes razonables y comunicación escuela–familia–terapia.

  • Interconsulta con psiquiatría infantil cuando el cuadro lo requiere (p. ej., comorbilidad severa, riesgo). La medicación puede ser un apoyo, no el eje del tratamiento.

¿Qué resultados se pueden esperar?

Mejoras en autorregulación, atención sostenida, tolerancia a la frustración, habilidades sociales, rendimiento y clima familiar. El enfoque psicoanalítico busca cambios de fondo al comprender el sentido del síntoma y transformarlo; no sólo “quitar” la conducta.

¿Cuánto tiempo tarda en verse mejoría?

Algunas familias notan cambios en semanas (rutinas, límites, coordinación escolar). Cambios más estables en la vida emocional suelen requerir meses, según edad, severidad y constancia. Sostenemos metas claras y revisiones periódicas del plan.

¿Cómo trabajan con madres/padres y escuela?

Mantenemos espacios regulares con cuidadores para acompañar límites, rutinas y manejo de crisis. Con la escuela acordamos estrategias concretas (instrucciones segmentadas, tiempos de movimiento, asiento estratégico, reforzadores, anticipación de transiciones), respetando la confidencialidad.

¿Cuándo conviene buscar ayuda profesional?
  • Si las conductas interfieren con la vida familiar o escolar, perduran más de 6–8 semanas o escalan.

  • Si hay agresiones, autolesiones, consumo de sustancias, fugas o riesgo.

  • Si el niño/a o adolescente muestra sufrimiento emocional persistente (tristeza, ansiedad, culpa, vergüenza).

¿Cómo es la primera cita?

Recibimos el motivo de consulta, escuchamos a cuidadores y, según la edad, vemos al niño/adolescente. Acordamos objetivos, frecuencia de sesiones y pautas iniciales para casa/escuela. Establecemos canales de comunicación y próximos pasos de evaluación.

¿La confidencialidad aplica con menores de edad?

Sí. Cuidamos la confidencialidad del niño/adolescente y, a la vez, trabajamos con la familia. Compartimos con cuidadores lo necesario para su cuidado y seguridad, acordando juntos cómo hablar de ciertos temas.

Profesionales de la salud mental